por Susana de la Cruz
Ejercicios para evitar el sueño es una propuesta de danza contemporánea dirigida por Cecilia Borasino y que se presentó en el marco de la I Convocatoria de Ayudas a la producción y exhibición de Artes Escénicas del Centro Cultural de España en el mes de junio del 2010.
La obra, en la que participan como intérpretes Cecilia misma y José Ruiz Subauste, expone el tema del mundo inconciente del sueño y cómo, en muchas ocasiones, se intenta evadir o evitar lo que en él sucede. Para lograr esto, hacen uso de diferentes elementos: papeles, almohadas, una caja de madera, una máquina de escribir y, como es cada vez más frecuente, proyección de video en el fondo del escenario. Por otro lado, la música de Omar Lavalle intentaba sumergirnos en este mundo onírico.
La sucesión de los movimientos, momentos y elementos van dando cuenta de un proceso de evolución, aunque no tan claro, dentro de la obra. La pieza inicia con el trabajo con los papeles y la máquina de escribir, continúa con todo una serie de secuencias de movimiento con almohadas, una caja (donde se guarda mucho como en el inconciente) se mantiene siempre presente y con el video sucede lo mismo, siempre presente y acompañando todo lo que sucede.
En el escenario los bailarines desarrollan una coreografía que transcurre de una serie de acciones a secuencias de movimiento que van generando, más que otra cosa, una serie de imágenes que dan cuenta de un estado de perturbación, incomodidad, deseo de evadir y evitar.
En el desarrollo de la obra, aunque la coreografía se desarrolla en diversos momentos (trabajo con los papeles, dúo con las almohadas, solo de Borasino y acciones en dúo para finalizar), el trabajo en dúo pareció el que más peso tuvo o al que más peso quisieron darle (finalmente son dos intérpretes en el escenario), especialmente en las acciones con las almohadas. Sin embargo, las imágenes más interesantes resultaron, a mi parecer, el trabajo en solitario de la bailarina que generaba precisamente esta sensación de perturbación tras la búsqueda de evitar ingresar en el mundo no conciente, evitar las sensaciones que pueden ser perturbadoras. La proyección de la mirada, la presencia y sus movimientos daban cuenta de un estado de querer permanecer siempre en alerta.
Por otro lado, cabe resaltar la presencia constante del video que en todo momento acompañaba a la coreografía. En lo personal, considero que en muchos momentos el video resultaba un poco gratuito, las imágenes proyectadas buscaban dar cuenta de un mundo onírico, pero que no precisamente componía de acuerdo a lo que sucedía en el escenario. Aquí también es importante recalcar que mi ubicación no era la más apropiada para observar las composición con el uso del video, lo que me hace también pensar en la ubicación de otros elementos como la caja, la cual no era visible para quienes se ubicaban en el segundo piso y que fue precisamente donde se desarrollaba el cierre de la obra y que no pudo ser apreciada por todos los espectadores de la manera más adecuada.
En general, considero que la obra lo que más logró fue generar una serie de imágenes que lograban la tensión de no querer indagar en lo inconciente. Los movimientos, precisos en su ejecución, resultaban tensos por sí mismos, pero creo que no lograban exactamente introducirnos en este deseo de evitar el sueño. Desde esto, creo que el concepto de la obra resulta bastante interesante, pero al mismo tiempo, complejo de desarrollar, como cualquier tema que quiera involucrarse con lo inconciente, interesante observar una propuesta que intente abordarlo.
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