Natalyd Altamirano H.
“URONGO”, dirigida y ejecutada por Cristina Velarde, también se contó con la participación escénica del bailarín y performer Augusto Montero; “Urongo” un espectáculo de danza contemporánea y contact; y con música en vivo a cargo del dúo musical TERMINAR, se presentaron el pasado fin de semana, como parte de la I Convocatoria de Ayudas a la Producción y Exhibición de Artes Escénicas del Centro Cultural de España – Lima.
El auditorio nos recibe con un doblar de melodías creadas por una guitarra eléctrica y un bajo; las luces del escenario están en penumbra como candilejas que junto a las paredes sombrías del escenario crean una atmósfera entre cálida e íntima.
Uno de los músicos en una mecedora no nos hace advertir la presencia de una mujer que se encuentra detrás de él, las luces se encienden y aparece la mujer de rojo que desmantela una gran falda negra.
De pronto, un hombre se dirige hacia esa gran falda, que se trasforma en su coraza, se envuelve y se encierra en él, al principio es siente muy agradable como si fuera su hábitat natural, internado y desprovisto de claridad, este ser acorazado finalmente se deshace de toda protección, ahora a la luz es un individuo susceptible y vulnerable al exterior.
Un hombre y una mujer se encuentran, quizá con mucho o con casi nada en común pero algo los une, los hace indivisibles, los hace dialogar en un mismo leguaje, van por los mismos caminos, y también la curiosidad de hurgar por distintas direcciones; el lazo que los unía ahora los ata y entran en conflicto y se alejan.
Una mecedora, buen lugar para reencontrarse, para mecer los sentidos y develar la pureza de los sentimientos; el elemento pasa a un “segundo plano”, aunque resuena en los cuerpos de ellos, como eco en la comodidad, el balanceo y el arrullo.
La propuesta coreográfica, nos presenta dos mundos paralelos, la pareja en un mundo surrealista y los músicos en un mundo concreto y real, estos dos mundos tienen un punto de encuentro en la mecedora.
Un par de momentos extraños para el ojo de espectador poco conocedor de las artes escénicas y en especial de la danza, es cuando los músicos rompen el código establecido del movimiento abstracto por la cotidianidad de su conversación que se centra en una mecedora; pero que al final de la obra se llega a redondear la idea con el movimiento en vaivén de los bailarines y la frase “todos tenemos tiempos diferentes”.
Nuestra bailarina peruana Cristina Velarde conocedora de la técnica Axis Syllabus de Frey Faust, en ésta oportunidad nos muestra una nueva faceta de su repertorio como bailarina, al sumergirse al mundo del contact y con una característica interpretativa muy resaltante; y también su partner nos sorprende con movimientos más fluidos, controlados y sensitivos; vemos a un dúo que se complementa en escena.
Es gratificante observar al público al final de una presentación de danza, y ver que está conmovido y tocado por la suavidad, sutileza y exquisitez interpretativa.
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