El XXII Festival Internacional de Lima, Danza Nueva del ICPNA, le abrió las puertas a la compañía de danza española Thomas Noone Dance. Se presentaron del 10 al 12 de Junio con dos de las producciones de su repertorio: Tort y The Chaos Quartet. Ambas piezas conformadas por cuatro bailarines cuya estructura varía en el en espacio con dúos, tríos y solos. La conformación física de los bailarines varía en dimensiones y proporciones; esto le da una característica distintiva que es aprovechada enriqueciendo el trabajo. Se logra una fluidez en las piezas, cuerpos en constante transito que forman y deshacen cosas, sensaciones y estructuras. En el sonido la música es tan importante como el silencio y los golpes contra el piso que se combinan para lograr un mayor impacto en la audiencia. Los bailarines de la Compañía Thomas Noone Dance presentan excelentes condiciones técnicas que permiten que el rompimiento de estas sea preciso, suave y fluido.
Tort
Es una pieza de movimiento puro que se fusiona con la música contemporánea de Diego Dall Osto, las partituras se leen en los movimientos de los bailarines. Esta es una coreografía creada por Thomas Noone, director de la compañía. Como intérpretes de esta pieza están Alba Barral, Javier Gracía, Horne Horneman y Paloma Muñoz. Fue fascinante ver las rupturas rítmicas y las calidades diferentes transitando los cuerpos que pasan de movimientos continuos, libres e indirectos a fuertes, directos y controlados. Sensaciones contrarias, valiosas por igual que al unirse muestran su complementariedad, en la búsqueda de un punto en común. El movimiento es el motor de situaciones y relaciones que van sucediendo una a la otra. Los intérpretes cambiaban de roles sin perder la continuidad. El movimiento cambia de cuerpo, de dirección y así se lee en cada uno de ellos historias diferentes. El transito continuo colaboraba con la fluidez, con la transformación. Trabajan el contacto con gran destreza y el individualismo da paso a la unión, al grupo y viceversa. Todo cambia, los roles, la música, el vestuario, las luces, la composición espacial, las direcciones y a la vez todo mantiene una constante: la continuidad. En la vida constantemente cambiamos de roles, pasamos de una situación a otra y así todo continua. Tal vez como en esta pieza todo tenga una razón, un sentido y si tenemos suerte sea así de cautivante.
The Chaos Quartet
Un cantante de pop en pleno concierto, una fan que lo admira desde una camilla en la parte posterior del escenario. Ella tiene un cartel que dice: "I love you, hazme un hijo". Así inicia The Chaos Quartet, un cuarteto conformado por Alba Barral, Thomas Noone, Hornne Horneman y Núria Martínez. Esta escena teatral con varios referentes da lugar a una coreografía con menos elementos; focalizada en el movimiento sin perder gestos y actitudes. La transición entre estos dos momentos o conceptos no fue clara. La primera escena me gusto pero sentí un rompimiento a pesar de que pude instintivamente ligar ambas ideas. Se mantienen de esta primera escena los personajes, el saco y la camilla. La camilla es un espacio de descanso donde los bailarines se cambian, toman agua y observan. Me gusto que los desnudos en la parte posterior pasaran desapercibidos, se daban naturalmente y respondian a una necesidad. Habían dos espacios; el primer plano, donde ocurría la acción, el otro era para observar o juzgar según reaccionen con compasión o indiferencia. Me impacto como en el mismo cuadro alguien pueda estar representando un momento intenso y en el plano posterior el otro alguien este tan cómodo, tan opuesto.
Vemos el caos generarse y extinguirse en el cuerpo de los cuatro bailarines que van rotando en el espacio, formando distintas estructuras. Las acciones crean una cadena de reacciones y es así como se mantiene en movimiento esta pieza que nos sorprende con cambios inesperados, creando y destruyendo, yendo de una calidad a otra. El vestuario negro da uniformidad, a la pieza, la ordena; también la hace mas fría, neutra. Los detalles que eran pocos me llamaron la atención. La iluminación estaba en servicio de la necesidad dramática. Acompañó y resaltó los momentos más impactantes, utilizando cambios bruscos que eran una constante en esta pieza. La voz estaba como herramienta para expresar lo que sienten en si mismos y lo que el otro les hace sentir. Muchas veces no escuchaba lo que decían, pero al ver sus cuerpos me lo podía imaginar. La palabra que se repetía claramente era “out”, estas fuera. El caos no puede durar para siempre y cuando este perdía su vigencia había otro caos para reemplazarlo. Esto se mostraba a través del movimiento con la herramienta de la repetición y el incremento de la velocidad; llegaba un momento que los cuerpos debían detenerse por necesidad, por física. El caos es el generador de todas las cosas, nos lleva a la liberación pero no es eterno; debemos aceptarlo, entenderlo y dejarlo ir para que todo siga su ciclo y haya una evolución.
Ares Escudero A.
Tort
Es una pieza de movimiento puro que se fusiona con la música contemporánea de Diego Dall Osto, las partituras se leen en los movimientos de los bailarines. Esta es una coreografía creada por Thomas Noone, director de la compañía. Como intérpretes de esta pieza están Alba Barral, Javier Gracía, Horne Horneman y Paloma Muñoz. Fue fascinante ver las rupturas rítmicas y las calidades diferentes transitando los cuerpos que pasan de movimientos continuos, libres e indirectos a fuertes, directos y controlados. Sensaciones contrarias, valiosas por igual que al unirse muestran su complementariedad, en la búsqueda de un punto en común. El movimiento es el motor de situaciones y relaciones que van sucediendo una a la otra. Los intérpretes cambiaban de roles sin perder la continuidad. El movimiento cambia de cuerpo, de dirección y así se lee en cada uno de ellos historias diferentes. El transito continuo colaboraba con la fluidez, con la transformación. Trabajan el contacto con gran destreza y el individualismo da paso a la unión, al grupo y viceversa. Todo cambia, los roles, la música, el vestuario, las luces, la composición espacial, las direcciones y a la vez todo mantiene una constante: la continuidad. En la vida constantemente cambiamos de roles, pasamos de una situación a otra y así todo continua. Tal vez como en esta pieza todo tenga una razón, un sentido y si tenemos suerte sea así de cautivante.
The Chaos Quartet
Un cantante de pop en pleno concierto, una fan que lo admira desde una camilla en la parte posterior del escenario. Ella tiene un cartel que dice: "I love you, hazme un hijo". Así inicia The Chaos Quartet, un cuarteto conformado por Alba Barral, Thomas Noone, Hornne Horneman y Núria Martínez. Esta escena teatral con varios referentes da lugar a una coreografía con menos elementos; focalizada en el movimiento sin perder gestos y actitudes. La transición entre estos dos momentos o conceptos no fue clara. La primera escena me gusto pero sentí un rompimiento a pesar de que pude instintivamente ligar ambas ideas. Se mantienen de esta primera escena los personajes, el saco y la camilla. La camilla es un espacio de descanso donde los bailarines se cambian, toman agua y observan. Me gusto que los desnudos en la parte posterior pasaran desapercibidos, se daban naturalmente y respondian a una necesidad. Habían dos espacios; el primer plano, donde ocurría la acción, el otro era para observar o juzgar según reaccionen con compasión o indiferencia. Me impacto como en el mismo cuadro alguien pueda estar representando un momento intenso y en el plano posterior el otro alguien este tan cómodo, tan opuesto.
Vemos el caos generarse y extinguirse en el cuerpo de los cuatro bailarines que van rotando en el espacio, formando distintas estructuras. Las acciones crean una cadena de reacciones y es así como se mantiene en movimiento esta pieza que nos sorprende con cambios inesperados, creando y destruyendo, yendo de una calidad a otra. El vestuario negro da uniformidad, a la pieza, la ordena; también la hace mas fría, neutra. Los detalles que eran pocos me llamaron la atención. La iluminación estaba en servicio de la necesidad dramática. Acompañó y resaltó los momentos más impactantes, utilizando cambios bruscos que eran una constante en esta pieza. La voz estaba como herramienta para expresar lo que sienten en si mismos y lo que el otro les hace sentir. Muchas veces no escuchaba lo que decían, pero al ver sus cuerpos me lo podía imaginar. La palabra que se repetía claramente era “out”, estas fuera. El caos no puede durar para siempre y cuando este perdía su vigencia había otro caos para reemplazarlo. Esto se mostraba a través del movimiento con la herramienta de la repetición y el incremento de la velocidad; llegaba un momento que los cuerpos debían detenerse por necesidad, por física. El caos es el generador de todas las cosas, nos lleva a la liberación pero no es eterno; debemos aceptarlo, entenderlo y dejarlo ir para que todo siga su ciclo y haya una evolución.
Ares Escudero A.
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